con el chaca-cha del tren (antecesora del chiki chiki, claramente)

Hola hola queridossss!!!

Novedad importante, os escribo desde el tren que va de Pesaro a Roma. No es que este maravilloso tren italiano tenga wifi, sino que estoy escribiendo un documento que luego copiaré y pegaré cuando disponga de conexión.
A ver, por donde empiezo... Esta mañana he hecho la audición para la academia rossiniana aquí en Pesaro. Ha ido bien, ya veremos. Pero como este blog no es para hablar de las cosas evidentes, os diré algunas cosas importantes a la hora de venir a Italia. La primera es que es un país muy parecido a Españñññña, así que voy a enumerar las diferencias. Primero de todo, ellos sí ganan mundiales de fútbol. Puede parecer a primera vista intrascendente, pero es una gran diferencia. Otra gran diferencia es que las mujeres, de tanto que se arreglan, se estropean (qué cosas se ven en este país, parece que sea una competición de gafas dantescas (y ole, qué bien traído el término, no?)). Los hombres en cambio parecen de mentira, tan peripuestos, pero como no me fijo en ellos, pues no hay problema.
Otra gran diferencia que marca grandes distancias con el resto del mundo, es berlusconi. Hay que ver.. lusconi. El tío, entre otras lindezas, ha dicho, en referencia al papel de la mujer en el gobierno, que él a la mujer la prefiere horizontal (se desconoce si se refiere a acostada o muerta...). Vaya tipo, seguro que orina horizontal él (ni de pie ni sentado). Resulta que estoy haciendo una encuesta de una fiabilidad supina, como el concurso de canto de Pietro La Madonna. Pregunto a todo el mundo con quien entablo conversación si ha votado al Berlus y nadie me ha dicho que sí. De ahí se deducen varias hipótesis. Primera, Berlusconi no existe y gobierna José Luís Moreno metiendo a un cuerpo la mano por detrás. Segunda, los italianos mienten más que hablan, y mira que hablan... tercera, detrás de esas mujeres pintadas se esconden clones de Berlus que se autovotan. Cuarta, no sé hablar italiano y entiendo el contrario de lo que me dicen... Vaya, que no se entiende.
Otra cosa impactante de mis momentos en Pesaro, cambiando de tema así cual hachazo, es que conozco a 3 personas en esta ciudad. He comido con una, con quien había quedado, y me he encontrado con las otras dos por la calle... A que tiene mérito?? Por cierto, para los amantes de mis aventuras extrañas, me he tenido que comprar unos zapatos para la audición porque me los había olvidado en terrassa... Qué bonitos los zapatos italianos!!! (Por si alguien no me conoce lo suficiente, esto último era una ironía, odio ir a comprar ropa).
Más cosas. La amiga con la que he comido, me ha dado un paseo en coche por el puerto y me ha llevado hasta la puerta de la casa que Pavarotti tenía en esta ciudad. De ahí la foto con que ilustro el día de hoy. Como se verá, el tamaño de la puerta no era para los coches, sino para il big Luciano. No está mal, me he paseado por la casa de Rossini y de ahí a la de Pavarotti... toma toma toma... y vosotros nooooo. Hala, como dijo alguien alguna vez, hasta otra.
A ver si algún día me dejan de pasar cosas reseñables y os puedo explicar los grandes momentos vividos en Madrid.
Un beso
Como colofón, os digo que voy mirando hacia la derecha y veo el adríático, lleno de playicas bonitas (nada que ver con Mallorca, tú ya sabes, pero más nadables que las que ves subiendo desde Tarragona)
Ciaooo chochín
PD daos prisa que tengo otro artículo para mañana y como no puedo pasar las fotos al ordenador, os he puesto un vídeo del concierto. Mejor dicho, na de na, que no me deja el cabron del bloggggg, mañana os pongo de tooooo