jueves, 26 de junio de 2008

por Madrizz



Hola holita, amiguitos!!


Sigo en la ciudad capital del imperio. Hoy voy a explicaros algunas cuestiones básicas sobre la vida en esta gran ciudad. Empezaré por una pequeña anécdota vivida en el metro, relatada cual Félix Rodríguez de la Fuente, pues se trata de un encuentro prácticamente animal.

Estaba yo de pie (léase con el tonillo del susodicho Félix) en el metro de la línea x (no es que fuera una línea erótica, sino que no quiero dar señas para posteriores identificaciones). de repente, oh fortuna! queda un asiento libre. En ese momento, dos machos adultos de edad similar (superada con creces la edad de cortejar hembras por los riscos), uno ancho de tórax y camisa de trabajar en el campo (no sé donde las venden, pero ya sabéis, esas que son camisa y que está muy gastada, no una camiseta o niqui como se dice en estos lares) y otro un poco más al dictado de la moda de la gran ciudad, más espigado, cabellos canos (por contra el otro pretendiente no superaba la densidad media adecuada para no ser llamado calvito), rictus serio y circunspecto... Una vez presentados, reducimos la velocidad de reproducción para observar con detalle como el pequeño y rabassut (llamado a partir de ahora Sancho) y el espigado madurito (Quijote para no confundirnos) se abalanzan sobre el asiento. Sancho se abalanza desde su posición privilegiada, pues ya estaba dentro del metro en el momento en el que se liberó el trono. en cambio Quijote debe acceder desde la puerta que da al exterior, la que separa el mundo caluroso de la estación del mundo glaciar del vagón. Sancho esquiva correctamente a tres obstáculos persona, que no son ni mirados a la cara ni mucho menos saludados o gruñidos en forma de dñisculsspeee, no. Él avanza con paso firme sorteando primero con su barriga y después con el resto del cuerpo a cada especímen que se interpone entre él y la meta de su trasero. En cambio, Quijote, nada favorecido por las circunstancias, debe dejar salir antes de entrar (por si no se percibe, es una ironía, ya que eso no se cumple ni con coches de bebés ni embarazadas ni na de na), se precipita con su rápido juego de pies deslizando sus extremidades afiladas y entrenadas para ese fin. En esta ocasión, es su nariz aguileña la que marca el camino a seguir al resto del cuerpo. Las distancias se acortan. Ambos contienen la respiración, suspenden las funciones vitales, cualquier ahorro de energía les puede proporcionar la presa y salvar su especie... Quedan dos metros, uno, cincuenta centímetros... Quijote extiende su mano (seguida de su brazo y el resto del cuerpo) y la situa a escasos centímetros de la ansiada presa. en cambio Sancho, de extremidades y tronco más pesados, echa mano de lo que se conoce vulgarmente como retropropulsión, expulsa un gas por el orificio de salida trasero (el delantero le habría frenado) con lo que consigue esa punta de velocidad necesaria para situarse en una posición ventajosa (entiendo que se me pueda tachar de faltar a la verdad, pues es difícil de concretar o demostrar que pudiera ser fruto de un gas, pero esa aceleración repentina no es posible de realizar sin ayuda de superpoderes, y además, como todo asesino, el pedo deja una huella perceptible, entiendo también que se me pueda decir que dada las dimensiones y edad del macho, el olor fuera parte integrante de su figura... en fin, dejemos un pequeño lugar a la fantasía, como los de los documentales de la dos, que explican lo que piensan los animales...). Estábamos en la foto-finish, la mano extendida de Quijote y el trasero veloz de Sancho... Con un golpe de cadera magistral, Sancho consigue situar su final de espalda a escasos centímetros del asiento, aunque le queda debajo la mano de QUijote. No consigue la mano frenar a tamaño trasero y debe apartarse para no homenajear a su autor (del Quijote) y perderla en la batalla de Lepanto (Lepanto mi mano...). Se quedan enfrentados frente a frente, como dos machos cabríos y el perdedor le espeta (creí que jamás usaría esta palabra...) al ganador... Estará usted contento, no??? El otro balbucea un fdsdfsiii (otra prueba más de que el gas existió). sentado Sancho y de pie Quijote, se miran todo el trayecto hasta la siguiente parada. Ahí se levanta una señora y Quijote, esta vez sin oposición, se deja caer en el asiento (que quedaba justo enfrente de Sancho). Así les dejé yo, dos hombres frente a frente, sentados, relajados...

Ahora viene la reflexión. PORQUÉ COÑO VAN TAN ESTRESADOS DE LA VIDA??????

No lo entenderé nunca. A lo mejor es que si consigues ir sentado desde que entras en el metro te dan el billete gratis. O... ya sé... está clarísimo.

Esos dos hombres son unos caballeros que han cogido sitio para, si entra una muchacha embarazada (no una vieja, por Dios, que no puede estar embarazada primeramente, y no sonríe igual que una joven) cederle su sitio y quedar como todo un macho.


Entendéis por qué no se puede vivir en esta ciudad??? Ayer en un bus nocturno vino la segunda parte de muchachada nui, los gitanada nuí. Im Presionantes. Qué olores!! Por Dios!!! Otro habitante del bus nocturno era un hombre (aunque si solo nos fijábamos en el tamaño parecía un llavero) con más alcohol que sangre en vena, que iba bailando e indicando al conductor. Se metía con todos, hasta que una gitanilla le dijo que le partía la cara y el hombre se hizo pin y pon, se autoredujo.

Estos días estoy en Alcalá de Henares ensayando el Falstaff que hacemos mañana. En esa ciudad parece ser que nació Cervantes (o eso dicen, yo no estaba) de hecho más que nacer seguro que le trajo una cigüeña, pues esto está plagado. Para quien no lo sepa, la cigüeña emite un sonido muy curioso, una mezcla de zapateado y de, como dice mi madre, de machacar el ajo en un mortero. Las tías abren y cierran el pico a una gran velocidad y parece un repicado de palmas. tacatacatacatacatacatacataca.... Muy hermoso. Allí, en esa ciudad, he aprovechado para hacer estas fotos de los dos personajes que han ilustrado el capítulo de hoy, y que ya que su inventor nació allí, pues lo traigo a colación (colación en italiano sería al desayuno... no hay quién entienda esto de los idiomas)

Bueno, esta noche tengo libre, así que voy a ver la selección a la plaza Colón, desde donde realizaré la próxima conexión (o no)


Ciaoooooooo

miércoles, 18 de junio de 2008

voy camino a valenciaaaa


Holaaaaa

Novedadessss!!!

Primero de todo, os pongo en situación. Estoy en un coche de camino a Valencia. No voy conduciendo, voy de copiloto, así que tranquilos. En el coche vamos, a los mandos una soprano que quiere permanecer en el anonimato y, en el asiento de atrás, el gran Giuseppini. En estos momentos, la soprano canta una canción de Alejandro Sanz a dúo con la radio... No voy a comentar demasiado sobre el desayuno-comida-cena del otro día. Los que estuvisteis lo sabeis todo, y los que no, haber venido, coño.

He decidido hacer este capítulo a medias con Giuseppini, ya que siempre habíamos trabajado a medias, pero el otro día, al cambiarnos de bando los dos, he descubierto que juntos somos invencibles. Somos el Ying y el yang, el Na y el dal (de Rafa, claro).

Nos dirigimos a la tierra donde si quieres mandar a la mierda a alguien basta que le digas “vés a fer la mà”, no confundir con la mallorquina “vols que te pegui una amb sa mà de pixar?”. No voy a insistir en el tema localismos, pero como este blog va de eso, de encuentro entre culturas (no sé porqué me empeño en incluirme dentro de los límites de la cultura, la verdad), pues esta bajada a las tierras del oeste (siempre tomando mallorca como referencia), pues eso, Valencia viene a ser mi lejano oeste (y tan lejano, todo el mar de por medio... no se lo digáis a David Meca, Meca goenlaleche)

Voy a ceder el testigo al gran hombre que todo lo toca y os saludo al final. Hasta ahoraaaa.

Bueno, soy Giuseppini. Primeras sensaciones: muuuuy blandiiiito... el teclado de los portatiles –virgenes para mi- son muy blanditos... ... pues sí, estamos tres elementos de viaje a Valencia -yo flanqueado por dos cantanes, tal costilla de cordero se siente resguardada por su correspondiente onamentación en el plato.
La carretera: está especialmente gris... sí, cierto... pero querría comentar y compartir la emoción que me provocan las casas que estan en la orilla de la autopista. Tal pequeños oasis aparecen con su palmeril figura. Clubs, tiendas de recuerdos, algun bar de cartel-fanta-descolorido, objetos de barro, naranjitas... en esta casas hay de todo: de lo más verde a lo más naranja. Su arquitectura es facilmente reconocible: el estilo Aladín. El estilo Aladín –que para mi es de lo mejorcito- se caracteriza por la rachola (no rajola, que es diferente) azul y por la continua arcada. La arcada –que para mi es de lo mejorcito dentro del estilo Aladin- procede de la inevitable mímesis que surge tras ver las alfombras volantes que, ondulando cual flequillo rockero, traspasan el cielo valenciano. Hablaria más del estilo Aladín, pero el tiempo me apremia... y tampoco querria quitarle protagonismo al senyor de las dos Bes. Apa! Tal como dice el dicho: “cada rata a la seva barraca”


Hasta aquí la intervención del señor Giuseppini, que tengo que decir (han pasado varios días desde que empezamos a escribir esta entrada) ha estado especialmente brillante en tierra levantina.
Las fotos pertenecen al viaje de ida, donde fue empezada a escribir esta entrada, y a un momento en la casa donde nos hospedamos un par de noches, una casa bastante hippie que desató los más básicos instintos del gran Giuseppe II di santiverni, y de los míos ni hablar...


En estos momentos me encuentro yo en Madrid, desde donde relataré mi próximo capítulo, pues ahora me dispongo a ver el penúltimo partido de España en la eurocopa...


Y por cierto, también queda pendiente un comentario de la cena de los indiotas, y de sus ausentes, que también vaya tela....


Un beso a todos

PD una última cosa. Esta tarde me he entretenido arreglando mi perfil para que se pueda leer de arriba a abajo (como toda la vida, vamos) y de abajo a arriba, es decir, empezando por la última línea y siguiendo por la siguiente. No me ha quedado muy brillante, pero servirá para que os entretengais unos minutos más

martes, 3 de junio de 2008

que dios me pendone

esther y su bodyguard

Solo escribo para enmendar dos errores. el primero está claro con la foto que acompaña a la entrada. Creí que mejor no sacar la foto de mi hermana por el sencillo hecho de que aquí, el que se hace llamar Kevin no es amante de ver documentos suyos en el blog. Por eso creí que igual mejor no involucrar a personas decentes en actos impuros como aparecer en este nuestro blog. Es que no hay manera de acertar, no sé si es peor escribir un blog o entender a una mujer... ni aunque sea tu hermana...




Segundo. Por un fallo mecánico del cual no soy responsable, puse una pista falsa. podría quedar bien y decir que fue una pista falsa para distinguir los miembros de corazón puro de los impuros, que faltaba una pista final que publicaría hoy... pero no. Resulta que, al menos que yo sepa desde 1984 más o menos, 7 por 7 son 49 (desconozco si antes ya era así, solo puedo constatar que ese año era el resultado que marcaba tendencia). No sé por qué misterio, yo supuse que el resultado era 63, el número de mi portal. El fallo mecánico es solo atribuible a mis señores padres que me crearon o permitieron que fuese un tipo que no pensara las cosas ni siquiera después de hacerlas... no sabéis la de puntos que he perdido en exámenes por la manía de no repasar, de no releer... Nunca, o prácticamente nunca releo lo que escribo, así no hay problema, sale lo que sale y punto.


Hala, ya sabéis el número.


Os dejo una perla. Prometo un capítulo titulado diferencias y similitudes castellano-alemán. La primera similitud, que demuestra que no somos tan diferentes, es que ellos, a la cerveza la llaman bier (pronunciese biah), y que a ellos les da la vida, lo cual dicho en andaluz suena, vía. Otro nexo de unión es que para saludar, en vez de decir Hola, dicen Hallo (léase jalo), o sea, como, es decir, que para saludarte, se autoinvitan a comer, Jalo!! pues jala, hombre, a mi qué me cuentas!!! Wie? (que quiere decir cómo y se pronuncia ví) pregunta el alemán intrigado, o sea que jala y de paso pide el vino.... si es que están tan organizados....




Continuará...