Hola holita, amiguitos!!
Sigo en la ciudad capital del imperio. Hoy voy a explicaros algunas cuestiones básicas sobre la vida en esta gran ciudad. Empezaré por una pequeña anécdota vivida en el metro, relatada cual Félix Rodríguez de la Fuente, pues se trata de un encuentro prácticamente animal.
Estaba yo de pie (léase con el tonillo del susodicho Félix) en el metro de la línea x (no es que fuera una línea erótica, sino que no quiero dar señas para posteriores identificaciones). de repente, oh fortuna! queda un asiento libre. En ese momento, dos machos adultos de edad similar (superada con creces la edad de cortejar hembras por los riscos), uno ancho de tórax y camisa de trabajar en el campo (no sé donde las venden, pero ya sabéis, esas que son camisa y que está muy gastada, no una camiseta o niqui como se dice en estos lares) y otro un poco más al dictado de la moda de la gran ciudad, más espigado, cabellos canos (por contra el otro pretendiente no superaba la densidad media adecuada para no ser llamado calvito), rictus serio y circunspecto... Una vez presentados, reducimos la velocidad de reproducción para observar con detalle como el pequeño y rabassut (llamado a partir de ahora Sancho) y el espigado madurito (Quijote para no confundirnos) se abalanzan sobre el asiento. Sancho se abalanza desde su posición privilegiada, pues ya estaba dentro del metro en el momento en el que se liberó el trono. en cambio Quijote debe acceder desde la puerta que da al exterior, la que separa el mundo caluroso de la estación del mundo glaciar del vagón. Sancho esquiva correctamente a tres obstáculos persona, que no son ni mirados a la cara ni mucho menos saludados o gruñidos en forma de dñisculsspeee, no. Él avanza con paso firme sorteando primero con su barriga y después con el resto del cuerpo a cada especímen que se interpone entre él y la meta de su trasero. En cambio, Quijote, nada favorecido por las circunstancias, debe dejar salir antes de entrar (por si no se percibe, es una ironía, ya que eso no se cumple ni con coches de bebés ni embarazadas ni na de na), se precipita con su rápido juego de pies deslizando sus extremidades afiladas y entrenadas para ese fin. En esta ocasión, es su nariz aguileña la que marca el camino a seguir al resto del cuerpo. Las distancias se acortan. Ambos contienen la respiración, suspenden las funciones vitales, cualquier ahorro de energía les puede proporcionar la presa y salvar su especie... Quedan dos metros, uno, cincuenta centímetros... Quijote extiende su mano (seguida de su brazo y el resto del cuerpo) y la situa a escasos centímetros de la ansiada presa. en cambio Sancho, de extremidades y tronco más pesados, echa mano de lo que se conoce vulgarmente como retropropulsión, expulsa un gas por el orificio de salida trasero (el delantero le habría frenado) con lo que consigue esa punta de velocidad necesaria para situarse en una posición ventajosa (entiendo que se me pueda tachar de faltar a la verdad, pues es difícil de concretar o demostrar que pudiera ser fruto de un gas, pero esa aceleración repentina no es posible de realizar sin ayuda de superpoderes, y además, como todo asesino, el pedo deja una huella perceptible, entiendo también que se me pueda decir que dada las dimensiones y edad del macho, el olor fuera parte integrante de su figura... en fin, dejemos un pequeño lugar a la fantasía, como los de los documentales de la dos, que explican lo que piensan los animales...). Estábamos en la foto-finish, la mano extendida de Quijote y el trasero veloz de Sancho... Con un golpe de cadera magistral, Sancho consigue situar su final de espalda a escasos centímetros del asiento, aunque le queda debajo la mano de QUijote. No consigue la mano frenar a tamaño trasero y debe apartarse para no homenajear a su autor (del Quijote) y perderla en la batalla de Lepanto (Lepanto mi mano...). Se quedan enfrentados frente a frente, como dos machos cabríos y el perdedor le espeta (creí que jamás usaría esta palabra...) al ganador... Estará usted contento, no??? El otro balbucea un fdsdfsiii (otra prueba más de que el gas existió). sentado Sancho y de pie Quijote, se miran todo el trayecto hasta la siguiente parada. Ahí se levanta una señora y Quijote, esta vez sin oposición, se deja caer en el asiento (que quedaba justo enfrente de Sancho). Así les dejé yo, dos hombres frente a frente, sentados, relajados...
Ahora viene la reflexión. PORQUÉ COÑO VAN TAN ESTRESADOS DE LA VIDA??????
No lo entenderé nunca. A lo mejor es que si consigues ir sentado desde que entras en el metro te dan el billete gratis. O... ya sé... está clarísimo.
Esos dos hombres son unos caballeros que han cogido sitio para, si entra una muchacha embarazada (no una vieja, por Dios, que no puede estar embarazada primeramente, y no sonríe igual que una joven) cederle su sitio y quedar como todo un macho.
Entendéis por qué no se puede vivir en esta ciudad??? Ayer en un bus nocturno vino la segunda parte de muchachada nui, los gitanada nuí. Im Presionantes. Qué olores!! Por Dios!!! Otro habitante del bus nocturno era un hombre (aunque si solo nos fijábamos en el tamaño parecía un llavero) con más alcohol que sangre en vena, que iba bailando e indicando al conductor. Se metía con todos, hasta que una gitanilla le dijo que le partía la cara y el hombre se hizo pin y pon, se autoredujo.
Estos días estoy en Alcalá de Henares ensayando el Falstaff que hacemos mañana. En esa ciudad parece ser que nació Cervantes (o eso dicen, yo no estaba) de hecho más que nacer seguro que le trajo una cigüeña, pues esto está plagado. Para quien no lo sepa, la cigüeña emite un sonido muy curioso, una mezcla de zapateado y de, como dice mi madre, de machacar el ajo en un mortero. Las tías abren y cierran el pico a una gran velocidad y parece un repicado de palmas. tacatacatacatacatacatacataca.... Muy hermoso. Allí, en esa ciudad, he aprovechado para hacer estas fotos de los dos personajes que han ilustrado el capítulo de hoy, y que ya que su inventor nació allí, pues lo traigo a colación (colación en italiano sería al desayuno... no hay quién entienda esto de los idiomas)
Bueno, esta noche tengo libre, así que voy a ver la selección a la plaza Colón, desde donde realizaré la próxima conexión (o no)
Ciaoooooooo